Mafer

CDMX

“Soy Mafer, diseñadora gráfica de profesión y en enero 2020 cumplí la edad de 33 años. ¿No es un número que aparece en todas partes? Antes de cumplirlos, una discreta excitación por mi cumpleaños y todo 2020, me avisaron que este año sería diferente.

Los últimos años las crisis de ansiedad y episodios depresivos me atacaron con mayor frecuencia y, al alcanzarnos el COVID-19, me bloquearon el camino indefinidamente. De alguna forma, mi vida antes de la cuarentena ya estaba en pausa, pero salía a bailar y daba un paso en el aire. Tenía una cita con alguien nuevo y daba otro. Regresaba a mi oficina y retrocedía tres. Así me fui quedando gradualmente anestesiada, tomando siestas para no existir y entre siesta y siesta mi vida se siente como un sueño, algo que no existe pero me ves.

Despertar es de las sensaciones que menos me gustan: la luz atraviesa mis párpados y me aferro a mantenerlos pegados, mientras me digo “no por favor, otra vez no”. Inevitablemente los abro, porque dormir también cansa, y pongo un pie en el piso. Después el otro, sosteniendo el pensamiento negativo en turno, que es mas pesado que mi cuerpo y trato de hacer mi vida. Trato.

En abril la situación se puso del tamaño de Júpiter y ni mi fuerza de voluntad, que considero sobrehumana, pudo con la pesadez. La cuarentena me puso, te puso, nos puso a muchos las cosas más urgentes que teníamos por resolver en la cara, sin dejarte respirar, sin dejarme respirar, sin dejarle respirar.

Esta vez me estoy tomando la terapia en serio. A veces la tomo emocionada, otras con apatía y veo a mi terapeuta pixeleada en la pantalla del mi celular. Pero me obligo y mi mente esta 100% ocupada en eso, espantando mi severa autocrítica como moscas, hasta que deje de sentirme cansada de espantar esos pensamientos con las manos.

Hago collage, sin que me importe si me gustará el resultado. Lo pego en el refri y doy un paso en la tierra. Bordo una imagen en punto de cruz para mis hermanas y doy otro. Practico cincuenta veces “Bésame mucho” con la melódica, la toco para mis sobrinos por Face Time y doy otro paso más. Las notas son torpes mas no retrocedo. Aún paso momentos enterrada en las cobijas y trabajo desde casa muy intermitentemente.

No odié el diseño editorial que hice para el último artículo científico que me encargó mi jefe la semana pasada. La cuarentena -a.k.a. centena- me despertó un poquito”

@mafer_voyager

mafer1
mafer2