CDMX
“Estudié Pedagogía en la UNAM y actualmente trabajo para ACNUR (la agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados en Mexico) soy parte de un equipo que se encarga de la implementación de apoyos económicos para las personas que buscan asilo en el país y para aquellas personas que ya han sido reconocidas como refugiados.
Llevo 73 días en cuarentena, lo más difícil ha sido crear una rutina en la que no la pase trabajando la mayor parte del día y no tener contacto con las personas a las que amo, más que a través del teléfono o mi computadora. Me he vuelto un poco paranoica de la limpieza y lavo hasta los billetes y las monedas que llego a recibir cuando he tenido que salir a comprar comida. Del lado positivo estoy aprendiendo a cocinarme, he visto muchas películas, conciertos de Radiohead y ya logré concentrarme para leer de nuevo. También descubrí que odio las videollamadas, pero que puedo hablar por horas con mi amiga Abril y lo disfruto enormemente.
Mis gatos al principio no entendían qué pasaba, ahora ya me siguen de la sala a la cocina y de la cocina al cuarto y empiezo a creer que ya me entienden más (en su beneficio obviamente).
Descubrí que hay un vecino que toca el piano de forma increíble y otro que no deja de fumar mariguana (ojalá supiera quienes son, los dos podrían ser mis amigos).
Mi mejor amiga vino la semana pasada a dejarme una ensalada que sabe que me gusta, bajé y solo pude recibir la comida a través de la ventana de su coche, me trajo un letrero que su hija hizo para mí que dice “Te amamos, pero te extrañamos más” con unas fotos de nosotras juntas, es mi amiga desde hace más de 20 años y es la primera vez que no pude abrazarla. No puedo esperar el momento en que podamos hacerlo, esto ha sido de las cosas mas lindas y difíciles al mismo tiempo que me han pasado durante este encierro.